Job sharing: dos son más que uno
La modalidad de trabajo compartido gana adeptos en el mundo. Sus orígenes se basan en la necesidad de generar mayor empleabilidad. Las ventajas y los desafíos asociados a su implementación. Los casos locales.
El job sharing consiste en dos personas que comparten una misma posición, en diferentes momentos: una de ellas trabaja por la mañana y la otra por la tarde, o una de lunes a miércoles y la otra de jueves a viernes/sábado, por ejemplo. Esto se da principalmente en personas que quieren dedicarle más tiempo a sus familias sin dejar de lado el desarrollo profesional o quienes buscan emprender algo propio. Siempre que no se genere un conflicto de interés entre el proyecto personal y la tarea dentro de la organización, la fórmula puede ser efectiva.
Laura Bitocco, gerente General de Hidalgo & Asociados, destaca: "Otro motivo por el cual cobra sentido es en reemplazos de licencias de maternidad donde la mamá tiene un beneficio de soft landing para volver a sus funciones y alguien debe reemplazarla en el mientras tanto, o bien cuando tenemos un caso de pre jubilación y debe no solamente incorporarse el reemplazo de la posición sino que se superponen ambos en la función para hacer un traspaso prolijo".
El desafío de la implementación
Demás está decir que ponerlo en práctica no es sencillo. El principal desafío es lograr una comunión entre las personas que comparten el trabajo/proyecto para que sus equipos no sufran eventuales contradicciones en sus decisiones. Un mensaje claro de parte de la firma es clave para definir los pasos a seguir y la estrategia de implementación.
A nivel internacional, los estudios de abogados y organismos públicos son quienes llevan la delantera de estos programas. "Son opciones muy válidas para mantener talentos que están buscando trabajos parciales y para programas de mentoring, en los que una persona próxima a jubilarse tutorea a jóvenes talentos. Es fundamental poder redefinir la estructura en pos de que sea exitosa. Las reglas claras y el trabajo conjunto en una primera etapa de los colaboradores que llevan a cabo el mismo rol también. El tinte personal que cada ocupante le ponga a esa silla que comparte no debe generar ningún tipo de quiebre organizacional", asegura Bitocco.
Ventajas y desventajas
Las ventajas son claras: brinda condiciones de trabajo acordes a las expectativas del mercado, generando un impacto directo en la satisfacción de los empleados y su productividad, con espacios de mayor creatividad y flexibilidad. A su vez, hace que los empleados realicen un mayor intercambio de habilidades y experiencias.
Celeste Gentilini, HR manager en DataArt Argentina, explica que la principal desventaja "radica en que el sistema productivo y las grandes corporaciones aún no se adaptaron a esta modalidad, la cual requiere de un trabajo adicional por parte de las firmas empleadoras para acercar los mercados de clientes a los mercados laborales y mantener la satisfacción de los involucrados".
Según Gentilini, en el caso de DataArt, la experiencia ha sido "excelente" para las áreas de servicio internas. "Tratándose de una firma de consultoría en tecnología con burocracia cero, es muy simple la aplicación de nuevos esquemas y relaciones laborales. Pero, la complejidad crece para algunos roles altamente técnicos o de consultoría, ya que los clientes esperan una dedicación full-time de dichos recursos", admite. "La demanda de las nuevas generaciones es tendiente a jornadas más cortas y a una creciente flexibilidad. Por eso, es crucial el diálogo y encontrar puntos intermedios que nos permitan seguir brindando servicios de calidad a nuestros clientes, manteniendo un alto índice de satisfacción entre nuestros colegas y evitando el riesgo de perder un empleado que resulta valioso para la compañía", agrega.
En principio, es crucial para estos casos separar los roles de las personas. En DataArt, los alcances de los roles están perfectamente definidos, permitiendo brindar un alto nivel de empoderamiento a las personas que colaboran y lograr los objetivos de dichos roles. La compatibilidad de los perfiles es muy importante, pero aquí basan su armado en la búsqueda de una tendencia a la cooperación, creatividad, pensamiento crítico y diálogo.
Son muchas las dudas que surgen de esta nueva práctica y muchos los beneficios para las personas que quieren conseguir un mejor balance trabajando pocas horas. Ahora bien, brindar esta oportunidad como parte de la propuesta de valor al empleado sin duda potencia la marca empleadora y requiere de un aprendizaje organizacional, por ejemplo, en la definición del rol a compartir.
"A diferencia de otras tareas compartidas, un job share real no requiere de habilidades complementarias sino de partners que puedan gestionar en un buen grado las mismas habilidades y conocimientos, y una alta cuota de colaboración, bajando el ego para entender que juntos hacen uno", destaca Gonzalo Rossi, CEO de Whalecom. Y agrega: "Esto impacta en la selección de los candidatos, poniendo mucho énfasis en la productividad, comunicación, colaboración y orientación a resultados independientemente del conocimiento técnico, y demanda mucha claridad respecto de áreas de responsabilidad y tareas principales de la posición".